Blog

¿Juicio de Dios o juicio de hombre?

La sociedad actual está perdiendo la moral, los valores que tenían nuestros antepasados. A pesar de estar mejorando como sociedad, desde la esclavitud hasta lo que hoy es el capitalismo, estamos volviendo a cometer los errores de nuestros antepasados.

En el Perú, hoy diciembre del 2017, hay dos presidentes en la cárcel, tres siendo juzgados por casos de corrupción. Solo el caso Lava Jato ha sido el que ha podido revelar los actos de corrupción de cuatro de los presidentes mencionados. Ahora, es sólo este caso y ha sucedido en América Latina, y si se supieran todo lo malo que han hecho las personas, qué indice de corrupción habría en el mundo. También están los casos de acoso y abuso sexual de famosos políticos y artistas, que se han estado desvelando y que han venido de décadas atrás. Sumando a ello la corrupción en la FIFA, se demuestra que ni los “mejores hombres” de la sociedad, los que son elegidos de lo mejor de la sociedad para dirigir una entidad, un país, para un cargo importante, ni ellos se salvan de la inmundicia del pecado.

Entonces si el “mejor hombre” peca, ¿por qué lo juzgan? O ¿por qué lo critican? Tenemos muchas respuestas a esas preguntas, una podría ser: el hombre es el que tiene autoridad y poder para juzgar y poner orden el mundo, con el fin de mejorarlo. Pero si el mismo hombre no puede resistir el ser malo, ¿no puede comprender lo que hicieron ellos? No, porque no todos los presidentes son corruptos o todos los artistas son acosadores sexuales. Lo bueno de esto es que aún hay gente correcta, gente honesta haciendo su trabajo. Pero otra pregunta sería ¿por qué no quedó oculto? Si los que han hecho corrupción, son de los mejores, los más inteligentes de nuestra sociedad y han querido romper el sistema creado por los hombres. ¿Será que hay un Ser Superior que ha desvelado todos estos casos?, ¿hay una justicia divina que no hace acepción de personas? Tomando en cuenta los puntos anteriores, diríamos que sí. Dios es el que ha permitido que se desvelen estos actos. A Dios no le agrada el pecado y por ello da una advertencia a las personas que aún no lo han hecho. Asimismo, a las que han pecado los llama al arrepentimiento.

© Uzziel Corp.